La Defensoría del Pueblo de Bariloche manifiesta su pesar ante este aberrante hecho que enluta a toda la ciudadanía. Este terrible suceso señala que a pesar del trabajo preventivo que se lleva adelante desde diversos estamentos no alcanza.

Es importante continuar por el camino del trabajo mancomunado entre el Estado, las instituciones, organizaciones sociales y la ciudadanía en general, con el objetivo de evitar que otro hombre sienta que tiene el derecho de apropiarse y quitar la vida de una mujer. Hoy nos solidarizamos con la familia de Valeria Coppa, sus compañeros y amigos ante tan doloroso momento.

Una vez más, volvemos a reclamar por políticas públicas con el fin de prevenir, sancionar y erradicar las violencias hacia las mujeres. Así como también instamos a repensar herramientas efectivas que apunten a la erradicación de una problemática sumamente preocupante.

Bajo ese lineamiento es preciso recordar que la normativa impone a los Estados la obligación de trabajar en la prevención, sanción y erradicación de esta problemática que afecta la vida de millones de mujeres de modo cotidiano y que, en muchos casos, como el que nos enluta, lleva a la muerte.

Seguimos inmersos en una cultura capitalista, donde predomina el patriarcado, generando inequidad, opresión y dolor en mujeres y niñas. Es por ello que es fundamental seguir trabajando con mayor intensidad en espacios de concientización, buscando herramientas que nos ayuden a transmitir y ser multiplicadores de los cambios necesarios en las pautas culturales, fomentando políticas públicas, que conciban alertas tempranas, prevención, cuidado y erradicación.

El Estado tiene obligaciones concretas en relación a esta grave problemática social, obligaciones expresadas en la normativa Nacional y Tratados Internacionales. La Ley Nacional 26. 485 a la que adhirió nuestra provincia; la Ley Provincial 4241 y normativa municipal específica; y que deben materializarse en políticas públicas tendientes a prevenir, sancionar y erradicar las violencias hacia las mujeres.

Hoy tenemos la responsabilidad de seguir profundizando esta lucha para lograr que todas las niñas y mujeres gocen del derecho a “vivir una vida libre de violencias”.